Una Condesa en la Isla
- Adriana Buchele
- 13 ene 2022
- 2 Min. de lectura
La vela celeste izada en mi bote se hincha y rumbea hacia la línea difusa de tierra con un grupo de árboles aislados que se encuentran en un extremo de la Isla La Sistina. Hoy el agua esta agitada. Me invita a mantener el rumbo atenta mientras mi mente vuela y mi imaginación escapa a la realidad.

El viento trae el ruido de quizá los tacos de algunas botas de potro de pie fino de mujer de mundos recorridos que bajan el improvisado muelle. Con su mano pálida señala la dirección donde se construirá la casa con la mejor vista. Sus ojos vieron estepas de continente africano pero este paisaje de pampas razas la conquistó definitivamente. Pestañea para disimular las lágrimas que llenan esos ojos y suspira pensando que no hay título de nobleza que pague esta libertad mezclada de soledad en este paraje del otro lado del mundo europeo.

La vela se vuelve a acomodar en mi bote y me doy cuenta que tengo una lagrima en mi mejilla. Sera el espíritu aventurero de la condesa que se hizo presente en este lugar? El bote toca la costa en parte con tosca y un grupo de guanacos me recibe, curiosos. Mas allá aparecen antílopes y ciervos que asoman sus cuernos al ras de la lomada. Camino despacio en tierra de la condesa respetando el lugar y curioso, una mulita me sale al encuentro. El viento acaricia las tierras con una brisa suave y lleva el calor hacia otros rincones. Bajo un árbol tres maras curiosas me miran y en ese momento, una sombra camina en el amplio parque. Se detiene de espalda, mirando el horizonte. Sus cabellos al viento se enredan y juegan en sus hombros. Siento la libertad de la condesa Ena Wenckheim y comprendo el por qué eligió este lugar aislado, simple, de horizonte circular. Sus manos señalan el ocaso y con una última brisa de este día, subo al bote despidiéndome de este lugar encantado.

Hasta la próxima aventura!

Aclaración:
la Isla Grande de la laguna del Monte en Guamini se la conoce por la Isla La Sistina, adoptado éste por la única propiedad que se encuentra en la isla llamada así por su dueña la Condesa Ena Wenckheim. En 1984 se construye la casona que albergo turistas, hoy se encuentra a la venta.
La historia tiene mas sabores. Guaminí es el nombre del pueblo y de la isla. La voz, viene de Huapi (isla) y Minu (adentro), que derivó en Guaminí, tierra adentro. La isla Grande sería la inspiradora del nombre. También en el área se encontraron restos fósiles de hasta 10.000 años de antigüedad. Y se dice por ahí que en la isla había un árbol sagrado o Mapul Cumé -palo santo- que las razas araucanas veneraban.
Asi que estas curiosidades apenas abren una ventana para seguir leyendo, curioseando y aprendiendo de nuestro país. Les dejo solo la puerta entre abierta para el que quiera investigar.
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