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Rio Quequen Salado – Paraje Puente Viejo - Pcia de Bs As


El mar queda a un costado y me interno por un camino de ripio, con un poco de arena que en esta época de tanta sequía, a mi alrededor solo persisten los amarillos pálidos. Mi mente viaja envuelta en ese polvo que penetra no solo la camioneta sino también la casa rodante y se mete, caprichosa, por todos los rincones. Calor. Algo de viento que busca arenas flojas para jugar y forman torbellinos que vuelan alto y se transportan a otros campos secos.

Apenas un caserío y paso por Lin Calel perteneciente al partido de Tres Arroyos. El pueblo dormido muestra tímidamente su estación de tren prolijamente arreglada. El viento comienza a soplar más fuerte, el camino sigue, la camioneta continua su curso y asoma por allí entre hectáreas y hectáreas de campos, el pueblo de Copetonas. En su calle de entrada hay esculturas haciendo honor a su nombre que lucen en el boulevard. Historias de ingleses suenan por allí e imagino enseguida ferrocarriles colmados de cereales, sonidos de vocales y consonantes tratando de pronunciar el nombre correcto “copetonas”, risas, gente que va y viene, tractores y los vagones de cereales repletos de campo argentino. Volteo la vista despertándome de ese sueño de verano y veo el pueblo hoy completamente vacío, silencioso. Solo corren de aquí para allá libres por el campo las “copetonas” cruzando caminos, a paso rápido.

A pocos kilómetros un oasis esta por sorprenderme. El rio Quequen Salado brota entre las piedras y ente una llanura que impresiona, cae una depresión abrupta que el camino parece suicidarse. Un verde intrépido asoma. Impresiona al viajero distraído. Allí abajo el viento no se atreve a bajar. Un pequeño embalse, y se llega al llamado Paraje Puente Viejo perteneciente a otro partido, el de Coronel Dorrego .


Aquí la historia es más rica aun. Las vías del ferrocarril del Sud lo cruzaban, y no solo ellas sino también un puente carretero, por los años 1912. Como imaginar tanto movimiento, tanta producción, tanto trabajo. Las pocas fotos en blanco y negro dan una visión certera de que el progreso avanzaba a pasos agigantados y que pronto, sin embargo, la naturaleza le daría el primer revés. En 1919 una gran crecida arrasa con todo, pero sin embargo esto no impide que la gente siga para adelante con convicciones y aires de grandezas. Y es testigo lo que queda del emprendimiento con vistas hacia el futuro, la usina hidroeléctrica, iniciada en 1922. Y aquí se unen Copetonas y Oriente, el otro pueblo cercano, sin importar que los limites departamentales fueran diferentes.

Esa noche dormí al pie de lo que queda de toda esta estructura, escuchando el agua correr, para que me cuente, así como si nada, de lo que hay más arriba aun, serpenteando de aquí para allá unos campos. Y al oído las aguas me susurran, Cascada Cifuentes, allí debes ir.


Hasta la próxima aventura!


(no te pierdas de buscar en el mapa este rio, seguro te va a sorprender)


Datos y/o curiosidades

Copetonas posee esculturas en metal de las típicas perdices de la pampa. En este pueblo se realiza la Fiesta del Mate y Torta Frita y en un encuentro de escultores se realizaron perdices de no menos de 2 metros de altura que fueron dispuestas a lo largo de la avenida del pueblo.

También su nombre tiene historias con la pronunciación que los ingleses, parece ser…. no podían pronunciarlo y se interpretó diferente… o vaya uno a saber que paso por esos tiempos, pero es una curiosidad a descubrir por el lector.

En 1912, sin estar la estación de tren inaugurada, se escuchó el ruido del tren. Y por esos años se transportaría la mayor carga de cereal del sudeste bonaerense.

Datos y curiosidades de esta zona. Hay más… mucho más… solo hay que tener curiosidad para investigar.




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