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Rio Ibicuy


Después de remar varios días dentro de las Lechiguanas, el Rio Ibicuy nos recibe manso y nos abre sus brazos para que continuemos el viaje junto a él. Llegamos al Puerto. Un lugar pequeño donde poner los botes entre algunas piedras pocos amigables y algunos fierros que sobresalen pero, sin embargo no nos detiene nada, desembarcamos contentos para visitar este lugar.

Vías muertas dividen como las líneas de un cuaderno rayado, la zona costera y las casas bajas, algunos almacenes con mezclas de quioscos improvisados que a través de una ventana atienden al poco publico que se encuentra allí. Las mismas vías mueren en un muelle que ha sido imponente, de madera, levantado con precisión, con acceso para dos líneas de vagones a la par, un sistema de pesas que balancea esperando al ferrobarco con la esperanza de que algún día la historia vuelva a escribirse.

Ibicuy es de origen guaraní, y algunas de las interpretaciones dan como significado “arena suelta” o “agua de la tierra de arena”. En 1909 comienza a desarrollarse un proyecto ferro portuario. De solo imaginar ese inicio, en ese lugar donde la curva del rio hace que sus aguas sean profundas, una provincia de Entre Ríos tan próxima y tan lejana en esos años de la Provincia de Buenos Aires, separada por un gran delta del Paraná, y tanta producción por exportar, solo eso en el imaginario, podemos entender, para el que lo haya leído el relato anterior de personajes inventados, o quizá no…..y situarse en la época.


Cuenta la historia de fechas y números que en 1906 el Ferrocarril Central de Buenos Aires firma un convenio con el Ferrocarril Entre Ríos para que de alguna forma el ferrocarril uniera Zarate con Buenos Aires y que además se lograra la conexión de ferrobarcos desde Puerto Ibicuy. Para realizar toda esta conexión el Ferrocarril de Entre Ríos debía unir el ramal desde Las Colas, muy cerca de Gualeguay hasta Ibicuy. En 1907 fue inaugurado el ramal hasta la estación Holt y en 1908 desde allí hasta la estación Ibicuy y obviamente el embarcadero del puerto. Así es como ese año se logra unir Ibicuy y Zarate a través de este sistema de vías y barcos. Si nos detenemos un minuto, y respiramos después de leer tantas fechas, y empezamos a hacer cálculos, veremos que en tan poco tiempo se realizan estas obras, y no solo eso, se construyen estos magníficos muelles con sistemas sofisticados de pesas para poder empalmar el barco que llega, con las vías y que el amarre de estos con el muelle que sea impecable, luchando muchas veces con la corriente, con cabos que quizá seden por la fuerza, con defensas que se corren y rayan las bandas de los buques, de motores quemando combustible para mantener en línea todo este sistema, de una locomotora del otro lado en plena maniobra…… y un trabajo humano impecable para que no solo la gente sino también la carga legue al puerto de Buenos Aires, de una u otra forma.


Este sueño termina, claro…. Drásticamente, cuando en 1977, precisamente el 14 de diciembre se inaugura el complejo ferrovial Zarate – Brazo Largo, finalizando este servicio y la sombra del abandono cae, pesadamente, sobre esta estructura de madera.

Hoy lo miro y no dejo de maravillarme pero también de entristecerme por el abandono y el estado en que se encuentra. Mas de cien años y sigue en pie, esperando que quizá, algunos curiosos lo visiten.


Hoy Ibicuy trabaja principalmente con embarques de maderas, granos y productos forestales. Es un puerto de aguas profundas, uno de los mas importantes de la Provincia, también, en menor medida tiene movimiento de arroz y producción pesquera.

Seguimos remando y otra derrota aparece. Como si el destino le jugara una mala pasada. El puerto también comenzó a emplearse para el trasbordo de mineral de hierro que venia del sur de Brasil. Una tarde de julio de 2011 se produjo el derrumbe del muelle de ultramar por acopio excesivo de mineral. Y allí otra curiosidad aparece. Todo caído y abandonado el lugar parece hundido en el pasado. Mas adelante buques a la espera de desguace, en el cementerio uno se destaca, el Lancer, que en una banda la explosión le partió su cuerpo.


El Rio Ibicuy sigue su rumbo, tranquilo, hacia el final que lo llevará a la libertad, el gran Rio de La Plata, desempacando toda esta historia pesada, para renovarse y renacer, algún día.

Hasta la próxima aventura!!!

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