Paraíso de las Ostras - Los Pocitos - Pcia. de Buenos Aires

Dejamos atrás la Ruta 3 y el pueblo de Stroeder y con ellos, el asfalto por varios días. Caminos rectos que bordean las parcelas de hectáreas y mas hectáreas con algunos sembrados y ovejas. Caminos grises, con serruchos y arena, que por momentos, el viento acumula y tapa la huella de las pocas camionetas que transitan por alli. Atardece y la luz se nos termina. Una última lomada y a lo lejos sobre el horizonte, aparece por fin el mar. El viento sopla, mueve la camioneta pero seguimos adelante, maravillados con el paisaje. El camino choca con el y comienza a bordearlo. La marea a esa hora esta baja y se puede ver la extensa playa grisácea, con tosca que asoma tratando de sobrevivir a ese mar hoy protegido por la inmensa bahía.

Prendemos las luces y el camino parece más incierto. Los médanos de arena van colonizándolo y frente a lo desconocido, aceleramos el paso.

Pronto, sin darnos cuenta, un cartel despintado, pequeño, señala el lugar, “Los Pocitos” y frente a él la salita de primeros auxilios. De repente una bajada pronunciada y alli esta, el pequeño pueblo tranquilo que le da toda su cara al mar, a ese mar inhóspito pero cargado de historias lejanas.

Acampamos en la arboleda sobre la costa y esa primera noche nos sorprendió la tranquilidad del lugar y la amabilidad de su gente.

Los Pocitos esta ubicada aproximadamente a 80 km de Carmen de Patagones. En la década del 30 algunos pobladores lugareños comenzaron a utilizarla como lugar de playa y asi fue tomando un envión contando en la actualidad con población permanente. A nivel nacional fue conocida por sus Ostras que fueron introducidas en la época de los 80 con grandes ambiciones de producción. Dos establecimientos se asentaron pero tuvieron que cerrar en 2015 aprox. dejando a la deriva los bivalvos que fueron creciendo en números hasta casi diría, tomar el control de las playas. Al bajar la marea uno puede ver, por miles, ostras entre la tosca, lo que da un espectáculo y una magnitud diferente para todo aquel que viene de otros lugares del país.

La tarde viene ventosa y nos subimos a las bicicletas para recorrer no solo el pueblo sino también sus playas con los pescadores llegando con manos listas para filetear el pescado. En un sector hacia el sur se encuentra una casa muy antigua, restaurada, impecable, inglesa, traída en barco desarmada que permanece custodiando la bahía de Los Pocitos, recordando que, mucha historia paso por aca, desde Darwin, buques de guerra, aventureros ingleses, y hasta personajes de cine que por estas regiones quisieron conquistar lo indomable.

Hasta aquí Los Pocitos, un lugar para volver.