Olas que vienen, olas que van…..(Parte I)

En Kayak (Tramo Baradero – Vuelta de Obligado ) : 10-2020

Pandemia. Un ritmo desconocido tomó por sorpresa nuestras vidas, y algo tan artificial como las tecnologías en comunicaciones se volvieron habituales, como parte de nuestras vidas. Por suerte los sentidos tienen memoria y en un abrir y cerrar de ojos volvemos a contactarnos, como diríamos en estos tiempos de lo prohibido…. piel a piel, con nuestra esencia, el agua.

Junto a mi, un gran amigo y kayakista, que hoy también siente que el rio nos llama. Y alla vamos, sobre su nuevo bote sin probar, que solo sabemos que flota y eso basta, porque la aventura comienza desde el mismísimo momento en que nos subimos al auto para llegar a la orilla y tirar la embarcación al agua.

Pronostico feo. Por la tarde un frente de tormenta entra. Remamos corriente en contra, y un viento que nos anuncia que pronto debemos respetar y salir a tierra. El cielo en el horizonte se pone de un gris azulado profundo, con pinceladas blancas de anuncio de mas viento. Un frio poco habitual para esta época y al llegar al primer destino, las primeras gotas nos apuran el paso.

Alcanzamos a sacar todo lo necesario del bote, entramos a nuestro refugio, y en un instante, se larga la lluvia. Justo. Justo. El ruido de las gotas en la casa invitan a prender una hermosa salamandra que entibiará el ambiente. Miro a mi alrededor, a través de las ventanas y descubro que a metros el fuego de hace pocas semanas, de incendios interminables de islas y kilómetros de islas, visitó esta misma casita de Martin, y quemo todo justo unos metros antes del desastre. Veo el horizonte sin color, tiznado, triste y pienso en los muchos animales que habrán huido, abandonando su hábitat. Que pena. Errores, descuidos, intenciones, todo se mezcla pero lo que esta… ya esta, aprenderemos a respetar estas hermosas islas?

El viento corre de prisa y por fin limpia el cielo. Increíblemente el asado afuera se puede disfrutar y en un abrir y cerrar de ojos una luna casi redonda, maravillosa, aparece alli, custodiando las islas. La noche cae y los ruidos de algunos animales aparecen, no solo por fuera, sino que también roedores de la noche, muy cerca, se escuchan trabajar. Y asi, este largo dia, pone su fin, esperando escribir una nueva hoja en blanco al dia siguiente.

Gracias infinitas Santiago Sills por tu amistad.

Gracias infinitas a Martin Amondaray, por prestarnos este refugio en medio de la isla. La calidez del interior y el lugar maravilloso en que se encuentra ofrece tranquilidad y para aquellos pescadores que quieran disfrutar de su actividad, un lugar ideal. “ Puesto Surubi “ . Gracias. Gracias.