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EXPEDICIÓN “AL CORAZÓN DE LAS LECHIGUANAS” 2-2021/Parte II: “Desconexión”


El agua fluye mansa del arroyo Pavon y se mezcla suavemente en el Rio Paraná. Nos subimos al ascensor, su corriente nos beneficia, y la aprovechamos lo mejor posible. Cuando una expedición comienza y es de muchos días, desde el inicio la remada debe ser suave y continua, es una acumulación de días y horas sentada en un frágil asiento de fibra, la mente debe dejar en tierra esos locos tiempos terrenales, para sumergirse al ritmo de la naturaleza. Parece fácil, pero nos damos cuenta de lo rápido que vivimos y muchas veces sin sentido, tan solo a las pocas horas, y la desconexión comienza de a poco. Los sentidos se despiertan, esos sentidos simples de oler y ver el viento, de observar las aguas hacia donde corren, de mirar mas el cielo, ese cielo que cambia continuamente y nos anuncia que, pronto…. Quizá en 24hs tendremos una tormenta. Dentro del cockpit (1), en un espacio diminuto de mi bote en particular, solo hay lugar para fruta detrás de mi espalda y un recipiente para vaciar el bote en caso de necesidad. Arriba de mis pies y como en un estante, a mano, llevo siempre una campera de lluvia o rompe vientos y atrás de los comandos del timón, casi toda la cocina de campamento. Todo es diminuto, simple. Gps con rutas y coordenadas sobre cartas náuticas que fueron cargadas en muchas tardes de siesta, en la mente el mapa fresco con detalles para recordar, el celular dentro, conectado a algún programa simple para dar una dimensión hacia dónde vamos en especial para compartir, con todas aquellas personitas que viajan de alguna u otra manera junto a mi. Un VHF en el otro bote y la misma electrónica por duplicado, mas muchas pilas de repuesto para que no se apague ni un segundo ninguno de los Gps en ese laberinto de arroyos y la infaltable cámara de fotos que cuelga desde mi cuello hasta el bolsillo del salvavidas, junto a una navaja, espejo, silbato, pita, otro cuchillo, el protector solar y alguna colita para el pelo que quedo de algún otro viaje. Asi, en ese diminuto espacio, transcurrirán la mayor parte del día, en la butaca como espectadora y al mismo tiempo, protagonista.


El Paraná da una curva brusca y de la margen de babor sale el Rio Pavón. Hoy no navegaremos por el, decidimos entrar desde el río Paraná hacia el Pavón por el arroyo Cavado, Banderita y El Ceibo, para hacer como un anticipo de lo que vendrá. Este tramo serán aprox. 20km, desde el Paraná hasta el Pavón, de arroyos que al principio, con un día de domingo, tiene algunas lanchas pescando en sus orillas y atadas a algunos arboles que dan sombra, pero con muchos mosquitos, esperando el atardecer.

Las costas entrando en esos arroyos son muy poco amigables al campamento. Los pajonales mezclados con ceibos y algunos otros arbustos hacen que se cierre completamente todo, sin posibilidad de meter ni siquiera la proa del kayak. Vemos un claro, se acerca la hora de buscar campamento, el calor agobia, no corre viento, los mosquitos están, por miles, sobre nosotros. Bajar en ese claro, y tratar de subir el bote cargado el primer dia, fue muy duro, entre mosquitos y el peso, uno tira, tira, y arrastra el casco por ramas, tierra y lo que sea. No importa ya si raya o no… atinamos a ponernos por décima vez del día el repelente…. Imposible, pasan la ropa. Prendemos fuego en ese diminuto espacio, armamos carpa y cuando todo debía relajarse, coloco una estaca a 20cm de una yarará. Al principio no podía ver su cabeza, estaba tranquila, observando mis movimientos, entre los juncos del tronco que también había colgando inocentemente mi remera de remar……. Un aviso….un segundo de conciencia de saber que estamos de prestado en ese mundo de las Lechiguanas y que solo somos simples observadores.


La noche cae, los mosquitos se apoderan del lugar, imposible para el ser humano. A salvo dentro de la carpa, los ruidos van cambiando según pasan las horas. Insectos del atardecer, insectos nocturnos, grillos entre el techo de la carpa saltan moviendo la tela, croar de sapos, ruidos en el agua, hojas que caen, la luna sale e ilumina mitad de la carpa, la otra, las sombras de las hojas forman figuras psicodélicas…. Pájaros lejanos, salto de peces, roedores, vacas, sonidos…….sonidos lejanos…. Los ojos se cierran…será hasta mañana………





(1) Cockpit es el lugar donde estamos sentados en el kayak, el habitáculo donde la cola va apoyada en un asiento pequeño, en mi caso, con un simple colchón de respaldar que solo lo uso de a ratos. Los pies se meten dentro del casco donde hay un hincapié ( un apoyo) en donde se encuentra el comando del timón.

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