Siguiendo a las Palomas mensajeras - Baradero

El segundo día nos despierta con un cielo despejado y el silencio abrazador del campo. El viento paró y el rocío de la mañana queda solo en algunos rinconcitos que todavía no le dio el sol tibio de agosto. Desayuno campestre y la tranquera se abre de par en par.

El rumbo esta vez es hacia un campo en cuyo parque se encuentra un hermoso palomar. En relatos anteriores ya he contado la función de dicha estructura muy común para el siglo pasado, asi que solo me detendré en describir su belleza.

Situado dentro de un parque prolijamente cuidado, este nuevo palomar es mucho mas bajo que otros en que estuve y de un diámetro superior. Su puerta original fue tapiada y otra nueva puesta en otro ángulo. En su interior crecen arboles acobijados por esta historia. Si cerramos los ojos y abrimos los oídos, podremos escuchar el ulular de miles de palomas que todavía están en los alrededores de este lugar.

Salimos del campo felices de concretar otro objetivo que teníamos marcado en el mapa hace rato y rumbeamos al pueblo de Santa Coloma. Antes, transitamos las vías del tren hasta llegar a una edificación abandonado con su aljibe todavía con agua. Tanta tristeza dan este montón de ladrillos, su estructura pareció ser algo importante, junto a las vías. Unas huellas de algún animalito solitario hizo equilibrio por una de las vías y se perdió en un matorral.

Las bicis siguen rodando hasta llegar al pueblo. Nuestros estómagos hacen ruido y es alli donde nos damos cuenta que ni dinero habíamos tomado. La panadera, amable y comprensiva nos fió. En la libreta de ese dia quedo estampada la deuda de bizcochos y facturas, que será saldada cuanto antes, porque como dice el dicho, pueblo chico, infierno grande…….

Hasta la próxima aventura!!!!

Distancia recorrida aprox 33 km por caminos rurales

Gracias Santiago Sills por la hermosa

compañía y por solicitar los permisos pertinentes para ingresar a los campos transitados.

Gracias Gladys por fiarnos y darnos de comer!!!!!!